sábado, 1 de octubre de 2011

FUGAS DE TINTA 3

FUGAS DE TINTA 3                                                                         Por: Alejandro Liscano
(Taller de Edición Rocca. Marzo 2011)

José Zuleta fue a parar a la cárcel. Su delito: Ser poeta. Su sentencia: Libertad Bajo Palabra.
 Fugas de tinta 3 es la tercera recopilación de crónicas, cuentos, relatos y poemas escritos por prisioneros a lo largo y ancho de Colombia. Libertad Bajo Palabra es un proyecto mediante el cual se han llevado a cabo talleres de lectura y escritura en 17 cárceles del país, desde el 2005. Esto ha sido posible gracias a la Dirección de Arte del Ministerio de Cultura, la Red Nacional de Talleres de Escritura Creativa (Relata), y principalmente, gracias a la iniciativa y liderazgo del escritor José Zuleta  -Coordinador del programa-.
El proyecto ha superado las expectativas, los prisioneros han encontrado una herramienta para rehacerse desde las palabras, para confrontarse, para hacer catarsis, para ser temporalmente libres desde la imaginación, y como si fuera poco, han aprendido a contar historias -reales o ficticias-.
Las recopilaciones (Fugas de Tinta 1,2 y 3) se componen de relatos ante los cuales el lector se conmueve, se empapa y reflexiona a partir de historias de vida ajenas y a la vez cercanas; historias de hombres y mujeres que nacen en el camino que conduce a prisión, causas y realidades del mundo carcelario, un sub-mundo que refleja la realidad del mundo exterior, una Colombia que deja mucho que desear.
Nuestras cárceles no solamente albergan simples delincuentes o individuos desafortunados que han tomado malas decisiones por voluntad propia, por ignorancia, o bajo presión de circunstancias adversas, sino también personas “de bien”,  altos gobernantes, ejecutivos, grandes industriales, banqueros y congresistas entre otros; personajes a quienes les sobra la educación pero por alguna razón, muchas veces les falta moral. Es decir, profesionales delincuentes que terminan siendo delincuentes profesionales. Es un panorama que nos muestra que el peligro y la maldad están enraizados en nuestra cultura, de este y del otro lado de las rejas.
“…esa institución (cárcel) creada para preservar a la sociedad de individuos peligrosos, es en realidad un espejo de lo que somos. No es por casualidad que hoy en las cárceles convivan congresistas y ladronzuelos, gobernantes y gobernados, gerentes de instituciones financieras y atracadores de bancos”.  José Zuleta

Más allá de un deleite literario, razón suficiente para considerar exitoso el programa (Libertad Bajo Palabra), las antologías sirven como trabajo de campo para un análisis antropológico, de la vida en prisión, los códigos, el lenguaje, los valores, la perspectiva de vida y la interpretación del entorno. Los relatos nos presentan una realidad desde la cual se hace posible comprender las causas del deterioro social que vivimos.
Una mayoría de los textos seleccionados para las antologías nace de experiencias de vida marcadas por la tragedia; historias de narcotráfico, guerrilla, pobreza, vida en la calle, infidelidades, prostitución y drogadicción. En menor proporción, surgen los sueños, la esperanza y la expectativa de una vida mejor.
No todos los presos anhelan la libertad. Hay para quienes la calle representa hambre, soledad y riesgo; aquellos que se la pasan arañando a la muerte para sacarle apenas gotas de vida. Por eso pronuncian o escriben palabras que evidencian la paradoja de lo que es sentirse preso estando en libertad.
 “La pobreza es la peor de las cárceles”.
“Sino fuera porque me cogieron yo estaría muerto”.
“Yo no me quiero ir de aquí”.
“Existen muchas formas de estar preso, casi todas peores que estar preso”.
“Facu murió,  gravemente afectado de dos enfermedades que se conjugaron al final  de su vida: nostalgia y temor a la libertad”. 

Entre los prisioneros encontramos todo tipo de escritores, unos bastante experimentados, fluidos, con amplio vocabulario y facilidad para la narrativa.
“A don Octavio le llegó el preludio de los sesenta entre rejas, aquellas que lo han recluido por un lustro y que fueron el castigo a comerciar con el polvo de las felicidades efímeras…Adela descubrió que la pétrea erección de su marido no era la usual, pero como la mesura y la prudencia eran una condición inherente a la época en la que fue educada, omitió comentario alguno a este particular hecho…Ahí quedo todo el patio en silencio cuando el último grito de éxtasis rotuló la manifestación inequívoca del orgasmo que finiquitaba la faena. Octavio desmontó a su mujer…”.   Luis Fernando Sinning.

“…Búscame donde quieras
Pero no vas a hallarme, corazón,
¡Porque mi alma está contigo
Y mi cuerpo en prisión!” Jorge Luis Álvarez.

“Clorofila le llamábamos…a ese viejo bohemio…no solo por el musgo que cubría sus dientes, sino por la capacidad que tenía de volver verde cualquier conversación…siempre lo acompañaban un paquete de cigarrillos, la biblia y más de mil historias de conquistas”. Michael Andrés Cabrera Calderón

Otros prisioneros, quizá con menor recorrido en las letras pero no por ello menos atinados, son casi siempre crudos y sin tapujos. Escriben desde una instancia donde ya han tocado fondo, donde no hay nada que perder ni ego que mostrar. Esto hace que el trabajo literario sea puro, libre; muchas veces con lenguaje de calle, con los códigos del hampa.  De hecho la labor editorial (Editor: Harold Kremer) procuro mantener  intactos los giros, los modos y las expresiones de la argótica carcelaria y del habla popular. Pues la pureza de estas formas enriquece el conocimiento sobre el mundo en que se desarrollan las historias.
“No me puedo quejar pues aparte de mi mamá y mi papá nunca me faltó nada…mi mamá estaba en total acuerdo que el aborto era lo mejor, claro, si ella misma había tratado de deshacerse de mí cuando me engendró…comencé a robar de quieto…una de esas personas que mete una puñalada por ver salir sangre…había entrado en el vientre del demonio mismo: el basuco… La verdad y se sobre entiende yo no era el mejor ejemplo para seguir, pero sí era muy buen ejemplo para no seguir…la mayoría de las personas viven como si nunca fueran a morir, y mueren como si  nunca hubieran vivido”. Liliana Etayo Cañas
“En el pueblo había una persona muy importante que necesitaba un joven con mucho corazón pero a la vez sin el mismo, para un trabajo un poco riesgoso: matar un hombre”. Leonardo Reyes
 “Todo empezó cuando era un adolescente, al darme cuenta de la forma en que vivían los de billete y la forma en que vivíamos los pailas”. Gratiniano Rodríguez Pinto
“Me empezó a ir bien en lo malo que estaba haciendo”. Osvaldo Javier Garrido Carriazo

Fugas de Tinta son las historias no narradas de Colombia, laberintos fascinantes construidos con textos que dicen la verdad sobre la amalgama oscura de fuerzas contrapuestas que nos habitan;  una realidad donde coinciden, como dice uno de los cautivos veteranos, “…lo coloquial y lo prosaico, lo hilarante y la tragedia, la cruel realidad, y el no te lo puedo creer”; todos textos escritos desde lugares confinados pero bajo la libertad de la imaginación y la palabra, textos escritos desde las cárceles de Cali, Palmira, Tuluá, Medellín, Barranquilla, Bucaramanga, Acacias – Meta, Neiva – Huila, Calarcá – Quindío y Cúcuta – Santander.

Perfil  del Coordinador del programa Libertad Bajo Palabra
José Zuleta Ortiz
Nació en Bogotá (1960) pero ha vivido en Cali desde 1969, entrando y saliendo de la ciudad, pues también ha vivido en Medellín, en lugares del Pacífico Colombiano y en Barcelona España; espacios y momentos que han nutrido su literatura.
Fundador y director de la revista de Poesía Clave. Codirector de la revista de cuento Odradek. Director del Festival Internacional de Poesía de Cali y Asesor literario de la Fuandación Poartes.
Acreedor de premios a nivel nacional en poesía y cuento.

Directores del programa Libertad Bajo Palabra por ciudad:
Cali, Valle del Cauca – Director de Taller: José Zuleta
Palmira, Valle del Cauca – Director de Taller: José Zuleta
Tuluá, Valle del Cauca – Director de Taller: Walter Mondragón López
Barranquilla, Atlántico – Director de Taller: Antonio Silvera
Acacías, Meta – Director de Taller: Henry Benjumea
Medellín, Antioquia – Director de Taller: David Macías
Calarca, Quindío – Director de Taller: Juan Felipe Gómez
Bucaramanga, Santander – Director de Taller: Hernando Motato
Cúcuta, Norte de Santander – Director de Taller: Norwell González
Neiva, Huila – Director de Taller: Betuel Bonilla

La edición de las antologías Fugas de Tina 1,2 y 3 estuvo a cargo de Harold Kremer.


lunes, 18 de julio de 2011

Reseña de Alejandro Liscano "Apocalipsis"



“Apocalipsis” (2011) de Mario Mendoza                           
Todo comienza con la muerte; un suicidio, un enfermo mental, un hombre que ha perdido la capacidad para recordar, un barrio de pandillas y un fotógrafo que intenta capturar con su lente instantes de violencia. Como si no existiera Dios sino un Diablo esbozando una sonrisa desde el infierno. Esto es “Apocalipsis”. Es el cierre de una serie de obras de Mario Mendoza, novelas con un profundo sentido antropológico, comenzando con “La ciudad de los umbrales” (1992).
Las obras de Mendoza son ventanas a los rincones sórdidos de las ciudades. “Apocalipsis” no es la excepción, como su nombre lo indica, es fin y es caos; y es a su vez, una misteriosa intersección de personajes que muestran desde lo más noble hasta lo más oscuro del alma humana.  El autor pone en evidencia que todo hombre lleva un asesino por dentro, y como una bomba, si se da la mezcla de elementos, cualquiera es capaz de matar, incluso quedando libre de cargo de conciencia.






miércoles, 15 de junio de 2011

Reseñas Alejandro Liscano "Los Angeles del Infierno"

Gonzo y “Los Ángeles del Infierno”, de Hunter Stockton Thompson

Por: Alejandro Liscano

El denominado nuevo periodismo, en esencia, se refiere a indagar sobre los resortes ocultos de los actos de sus personajes; a buscar los motivos escondidos detrás de estos actos. Hunter Stockton Thompson es el padre del periodismo gonzo, un subgénero del nuevo periodismo.

El estilo gonzo consiste en escribir a partir de la experiencia (vivencial), como actor en la realidad a describir. Se trata de documentar una realidad social donde se le da mayor importancia a las circunstancias antes que al hecho mismo. El autor entrega la pluma a su álter ego y salta al contexto que va a contar. Lo gonzo también implica una temática de excesos, de cierta demencia, de espacios donde no todo el mundo está dispuesto a entrar; ahí radica la dificultad y el mérito, no precisamente en la magistralidad del texto evaluado desde el orden de las palabras.

El periodismo gonzo  se le atribuye a Hunter Stockton Thompson, particularmente con su reportaje “Hells Angels” (Ángeles del infierno; 1966), obra que describe las vivencias y el entorno social de una pandilla de motociclistas en California que creció como bola de nieve entre negocios de drogas, robos y atracos, convirtiéndose en la mayor pesadilla para la policía.

Hunter S. Thompson se unió a la pandilla para ver desde muy dentro los vericuetos más oscuros, para conocer las entrañas de estos angelitos enchaquetados y motorizados. En principio no le fue muy difícil, ya él mismo había pasado por varias cárceles, había consumido cuanta droga existía –químicas y naturales- y había bogado más trago (Wild Turkey) del que cabe en un hombre.

En un año aproximadamente, Thompson fue construyendo la crónica de adentro hacia afuera, como protagonista en aquel inframundo de drogas, alcohol y vandalismo. De esta manera logró desenmarañar la psicología de los motociclistas, el afán mediático, los lazos de hermandad en tal colectivo, la raíz de la violencia, los hilos de la realidad.

El autor abandonó la pandilla después de varios meses y lanzo su obra (Ángeles del Infierno). La experiencia le costó salud, magulladuras en la cara y varias costillas rotas pero como él mismo decía: “Me gusta meterme de lleno en el ajo de lo que estoy escribiendo. Estar implicado personalmente tanto como sea posible”.

Algunas obras del autor:

Novelas: “El diario del Ron”, “Miedo y asco en Las Vegas”
Crónica: “Ángeles del Infierno”
Jefe de redacción de la revista “Rolling Stone” (1969-74)
Corresponsal y colaborador en:
“New York Herald Tribune”
“New York Times”
“Reporter”
“National Observer”
“Esquire”
“Nation”
“Harper´s”




miércoles, 1 de junio de 2011

"Buda Blues" de Mario Mendoza

Por: Alejandro Liscano

"Buda Blues" (2009) es una de las obras más recientes de Mario Mendoza, anterior a “Apocalipsis” (2011). Es una novela que pone el dedo en la llaga del hombre contemporáneo: sistemas antieconómicos, desequilibrio de recursos, guerras, miseria y daños irreversibles a la naturaleza entre otros. Es un texto cargado de emoción y crítica ideológica.

Esta obra (“Buda Blues”), quizá la más explosiva de Mendoza, es a su vez un medio para señalar aquello que nos quita el sueño al autor y a algunos de nosotros, más que mera entretención comercial entre dos portadas. El autor abre debate y toma partido. Se empapa. Se compromete. Tanto así, que es inevitable dejar de atribuir el aspecto físico del autor (su cara -Mario Mendoza-) a los personajes; unos, tal como es él, otros haciéndole cambios aquí y allá -barba, canas y delgadez-.

La historia pasa por diferentes núcleos humanos -o inhumanos-, entre amigos, familia, grupos, organizaciones, colectivos, ciudades y continentes; analizando de esta manera temas sociológicos y filosóficos.

El autor introduce el término "La Cosa", como el eje de los errores de los sistemas actuales: la educación tradicional, la autoridad, el gobierno, el Estado; que desde cualquiera de sus instancias afectan el bienestar y la verdadera evolución del ser humano.

"La cosa: todo a nuestro alrededor está diseñado para embrutecernos, para mantenernos empantanados en una mediocridad afectiva, moral, política, intelectual, física".

"El que no se doblega ante La Cosa, termina en la clínica psiquiátrica, en la cárcel, en el cementerio o en la calle, durmiendo a la intemperie y sin un plato de sopa para alimentarse".

Como es de esperar, este al igual que otros libros de Mario Mendoza, no se queda solo en la queja ante la opresión del sistema. No se conforma con la sola crítica sino que salta en diversas formas de oposición y rebelión contra los opresores. Es aquí donde se remite a personajes reales y geniales, quienes a pesar de estar razonablemente calificados como terroristas, han dejado principios ideológicos en manifiestos hoy en día discutibles; precedentes dignos de analizar. Entre los personajes aludidos figuran Theodore Kaczynski -matemático conocido como el "Unabomber"- y John Zerzan -historiador y filósofo-. Personajes reales en quienes se basan los personajes ficticios para tejer la telaraña de la trama.

La maquinaria de "La Cosa" arroja como consecuencia desplazados que en este caso son los habitantes de la calle; entre ellos drogadictos, alcohólicos, prostitutas o simplemente personas que, hastiadas de las falencias y equivocaciones del sistema, optan por hacerse a un lado. Luego entran a hacer oposición desde la lucha armada, para luego llegar a la lucha sin violencia o a la resistencia pasiva (Ej. Ghandi). Tales métodos de oposición llevan al lector a identificarse con cada uno de ellos, cayendo incluso en las equivocaciones ante las cuales se está luchando. En otras palabras, Mendoza logra mostrarnos el error; hace que caigamos en el y luego nos vuelve a sacar para mostrarnos el meollo del asunto, cuan fácil es caer en lo más bajo sin darse cuenta.

Hacia la resistencia o lucha sin violencia, entra desde los principios del Budismo, donde los personajes parecen vislumbrar un mejor estado de las cosas como seres humanos "en desarrollo". Es allí donde se comienza a encontrar pautas para la solución de los conflictos y mayor perdurabilidad de estados equilibrados y justos; estados donde se tiende al desarraigo del ego, al desapego del "yo", eso que hace que sea más sufrible el sufrimiento.

"Un exceso de ego te hace fuerte, muy seguro de si mismo... Pero la falta total de ego te hace invencible. El vacío es indestructible".

El "Blues" representa el grito de sublimación, el desahogo. Por otro lado, el espacio de relativa calma que deja la tormenta es llamado "resiliencia"; como es el caso de un niño de ocho años, en Rio (Brasil), que tras una inundación pierde  la familia entera y la vivienda, y los organismos de salvamento lo encuentran jugando veintiuna con un balón de fútbol. Esta forma de enajenación es un salvavidas, al que Mendoza se refiere como "resiliencia", un concepto clave al final de la novela y clave en las recientes investigaciones del autor sobre fenómenos de violencia.

"Resiliencia" es también el sentirnos parte de un todo, un sentido de tribu, un desapego del yo -como individuo sufrible-, cierta aceptación de las circunstancias y del engranaje universal.

"Aprenderemos hacer de nuestro un motivo de fiesta. Gritar a voz en cuello que no estamos asustados, que morir nos importa muy poco…no le tememos a nadie ni a nada, por el simple hecho de que ya no somos una entidad separada del todo".

"Fundaremos una religión donde abandonaremos el yo para unirnos a los otros en un largo abrazo musical, como en el blues, en el rock, en el rap o en la salsa… Buda Blues…  de la mano de Siddaharta y Billie Holiday…".

"Uno de los grandes problemas de la vida contemporánea, con su individualidad excesiva, es que aísla a las personas hasta debilitarlas y muchas veces matarlas. La resiliencia es, entonces la capacidad de resistir a ese aislamiento y de regresar a las viejas reglas de la tribu".

"Buda Blues", Silencio y Grito, quietud equilibrada y grito de sublimación; una novela desde la violencia, vivida, digerida, convertida en más violencia como reacción inicial y culminada en la lucha no armada y en la resistencia pasiva; en el Budismo y en el Blues como alternativa hacia un mejor futuro.   

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Biografía de Mario Mendoza:
Nació en Bogotá en 1964. Ha publicado las novelas La ciudad de los umbrales
(1992), Scorpio City (1998), Relato de un asesino (2001), Cobro de sangre (2004) y Los hombres invisibles (2007). Con el libro de cuentos La travesía del vidente, publicado recientemente por Planeta, obtuvo en 1995 el Premio Nacional de Literatura del Instituto Distrital de Cultura y Turismo de Bogotá. Ganó el Premio Biblioteca Breve de Seix Barral con la novela Satanás en 2002.
En 2004 publicó Escalera al cielo, un libro de cuentos.
En 2011 acaba de publicar Apocalipsis.

viernes, 27 de mayo de 2011

HAPPY BIRTHDAY, CAPO de José Libardo Porras



Alejandro Liscano

Cuando una historia ha sido contada muchas veces, va  perdiendo detalles en el camino, como un balde que pierde liquido con el vaivén de los pasos al andar. Así mismo, tiende a reducir su frescura y relevancia; haciendo que sea cada vez más difícil mantener la escucha y el interés de la audiencia. También puede volverse hostigantemente conocida. Es por eso que unas historias desplazan a otras, no solo por su peso, sino por el desgaste propio de casi todas las cosas.

No obstante, hay quienes hacen magia al rescatar sucesos aparentemente ya agotados; encuentran una historia dentro de otra historia, o simplemente un ángulo inexplorado. Esto es lo que hace José Libardo Porras en Happy Birthday, Capo.

Porras cuenta el desmoronamiento mental y emocional vivido por uno de los grandes capos de la mafia durante las vísperas del juicio final. En este caso, la historia escogida no es la persecución inerte a tal actividad, sino la turbulencia interna del personaje; el Apocalipsis que vive ante el fin inevitable, la derrota de alguien nunca antes derrotado.

Amparado en una amalgama entre realidad bien documentada y algo de ficción, el autor antioqueño logra vestir al lector con los pantalones del personaje, llevándolo a sentir el cumululimbus de sentimientos tormentosos que brotan del mismo al asomarse a su propia muerte.

No podía ser otro el protagonista (personaje) para representar mejor el caso que Pablo Escobar, pero no el grande, no el Pablo con poder infinito, sino el Pablo escondido, sufrido, traicionado y solo. Ya después de haber batallado y pataleado como león enjaulado, ahora encerrado con el miedo, con un guardaespaldas -que a esas alturas, hacía solo estorbo-, sin poder llamar a la familia ni a los amigos, perseguido y sin tiempo; sabiendo que va morir demasiado pronto.





A esas alturas, Escobar siente la muerte en vida, la desconfianza y la soledad obligada:
"¡Amigos!, amigos son los billetes en mi bolsillo, rezongó, resumiendo lo que de su puño y letra había consignado en Anotaciones del Capo: -No me hago ilusiones: mis amigos y mis amantes me cambiarían por treinta monedas de plata, por un plato de lentejas-".

El Capo morirá el mismo día de su cumpleaños, 2 de diciembre de 1993, a los 44 años de edad, parodiando con la coincidencia el hecho de que del polvo venimos y en polvo nos convertiremos.

Cuando la muerte llega con pasos pesados, aunque se sienta a destiempo, no hay poder que la detenga. Dobla las rodillas hasta en los más fuertes. El presente caso es un ejemplo impecable de tal fragilidad; que el destino no rinde pleitesía ni agacha la cabeza ante nadie.

Pero más que la inevitabilidad del sino (destino), el ángulo escogido por Jose Libardo Porras es el drama psicológico, las remembranzas, la nostalgia, los recuerdos, el miedo al olvido y la angustia general del personaje; todas esas formas de un adiós al abandonar el juego antes de sentir que ha acabado.

"Sintió que la vida se le había ido en un santiamén…Y todo lo había usado y abusado como le había dado la gana, menos el tiempo: aun para él, el tiempo había sido una baba que no se dejaba agarrar. Cuánto le habría encantado hacer esperar al tiempo de pie delante de su escritorio, como a los pedigüeños que acudían a su oficina".

Sobra decir que la tensión se mantiene, y que el autor, a diferencia del personaje, logra salir airoso de una propuesta ambiciosa, como lo es rescatar una historia entre las ruinas de otra ya muy contada.

Happy Birthday, Capo
José Libardo Porras
Editorial Planeta (139 páginas)
Publicado el 6 de septiembre de 2008.

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Jose Libardo Porras nación en Támesis, Antioquia, en noviembre de 1959. Es licenciado en Español y Literatura de la Universidad de Antioquia. Obtuvo el Premio Nacional de literatura en la modalidad de cuento (Premios Nacionales de Cultura), con el libro Historias de la Cárcel de Bellavista. Entre otras de sus publicaciones de cuentos figuran El Continente Sumergido (1990) y Es tarde en San Bernardo (1984). Editorial Planeta publicó su primera novela en septiembre del 2000, Hijos de la nieve. En el 2006 gana una beca de la Alcadía de Medellín para desarrollar el manuscrito final de la presente novela, Happy Birthday, Capo. Adicionalmente ha publicado libros de poemas, como lo son Hijo de la ciudad (1994) y Partes de Guerra (1987).


                                                                                               Por:    Alejandro Liscano